Editorial del 21 al 27 de febrero 2024
Como decimos en la "Carta a los trabajadores y el pueblo", cada vez queda más claro por dónde pasa el ajuste a "la casta" de la que habla Milei: ataca a los jubilados, a los asalariados y a los sectores más vulnerables de la población.
La UCA (Universidad Católica Argentina) en su última encuesta sobre la pobreza, informó que en enero ya abarcaba a un 57% de la población, tras lo cual Milei respondió —al mejor estilo kirchnerista— que dicha encuesta es "un dibujo". Pero el hambre y la miseria no son un dibujo, ni una sensación. Es la realidad para millones que ven como sus ingresos no alcanzan para cubrir las necesidades básicas.
Mientras Milei y los gobernadores se pasan la pelotita, suben los precios de los alimentos, el transporte y los servicios, y a esto se suman los despidos y suspensiones en la industria y el comercio, además de los miles de contratos no renovados en el estado.
Ante esta catástrofe social, la CGT amaga con un nuevo paro general o una movilización.
Las huelgas sectoriales, el descontento generalizado, el rechazo de cada vez más sectores, hacen inevitable una medida de ese tipo.
El problema es que ni la CGT ni el kirchnerismo están a favor de derrotar a Milei. Por eso sus medidas serán dosificadas para dañar lo menos posible al gobierno. Lo que quieren es contener la situación y preparar el camino para un eventual retorno al poder en el 2027. Por eso Moyano aclara "Nadie quiere un 2001, que se vaya antes… El peronismo tiene que volver a ser una alternativa de nuevo". Y Cristina Kirchner, en una extensa declaración reciente ("Argentina en su tercera crisis de deuda") subtitula una de sus partes "2023-2027: un showman-economista en la Rosada".
Avisan así su respeto a la "institucionalidad", en realidad es un llamado al pueblo a aguantarse con la esperanza puesta en un nuevo gobierno peronista.
Sería un desastre: si hoy gobierna un personaje como Milei es porque el hambreador gobierno de Cristina, Alberto y Massa fue repudiado por la mayoría de la población.
La izquierda fracasada del Fitu y sus satélites colaboran con este plan, manteniendo una férrea unidad política con la CGT y el kirchnerismo, expresada en el apoyo a sus leyes durante el gobierno anterior y en una actuación sin diferenciación en el parlamento actualmente.
Por otra parte, el hambre y la miseria no esperan. Y para salir de eso hace falta derrotar AHORA a Milei y su plan, luchando por una salida en función de nuestras necesidades.
Los alimentos, la salud, el transporte y los servicios están concentrados en unas pocas empresas. Hay que intervenirlas y ponerlas al servicio del pueblo trabajador. Un ejemplo es el transporte, cuya tarifa en algunas ciudades está en $700 el viaje. Todo el sistema debe ser estatizado y controlado por choferes y usuarios, sacando de en medio los empresarios parásitos y fijando una tarifa mínima para que toda la población tenga acceso.
Sin embargo, ninguna medida puede ser aislada y al margen del problema del poder. Nosotros estamos a favor de un gobierno de la clase obrera y el pueblo y para lograrlo necesitamos una nueva dirección sindical y política, que surja de las luchas que se están dando y las más grandes que vendrán. Nuestro esfuerzo está totalmente comprometido con esa lucha.
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